Cuando leemos el nombre de este virus, lo primero que se nos viene a la mente es algún tipo de cáncer felino. Sin embargo, en realidad la leucemia felina es de las enfermedades muy comunes en gatos y que además puede llegar a ser fatal. En la actualidad se posiciona como una de las enfermedades que son la principal causa de muertes en gatos, tomando la vida de los infectados dentro de los tres años luego del diagnóstico.

Teniendo en cuenta que es una enfermedad muy frecuente en gatos, conocer sobre la leucemia felina es crucial para todos aquellos dueños que quieran mantener una buena salud de sus mascotas gatunas. Saber identificar los síntomas, evitar los medios de contacto y conocer los posibles tratamientos puede ser crucial para salvar la vida de tu mascota y brindarle una buena calidad de vida. Aquí te explicamos lo necesario para conocer este padecimiento.

¿En qué consiste la leucemia felina? Lo que debes saber sobre una de las principales enfermedades en gatos

La leucemia felina, a diferencia de lo que podemos creer, no forma parte de las enfermedades cancerosas en gatos. Aunque puede llegar a provocar el cáncer como consecuencia de la leucemia; realidad, se trata de una enfermedad crónica causa por un retrovirus. Su principal efecto es el de debilitar e incluso destruir el sistema inmune de los gatos, además de que se propaga rápidamente a todo el cuerpo a través del torrente sanguíneos.

Debido a que la leucemia felina afecta el sistema inmunológico, los gatos quedan expuestos a una amplia variedad de enfermedades e infecciones secundarias que agravan los efectos del virus. En una fase inicial, los gatos son capaces de vencer la infección sin mostrar síntomas o molestias. Sin embargo, existen ocasiones en las que el sistema inmunitario del animal no puede combatir el virus, presentando repercusiones a lo largo del tiempo.

El contagio de la leucemia felina

En la actualidad, todos los gatos pueden contagiarse de la leucemia felina o FeLV. Sin embargo, el riesgo de contraer el virus aumenta si el gato es anciano, si no mantiene una alimentación adecuada o se encuentra en un mal estado de salud. No es común que la FeLV sea transmitido entre animales y humanos, dado que es un virus especifico de felinos; pero es muy común su contagio entre gatos o diferentes animales.

La leucemia felina se contagia a través de la saliva o secreciones nasales de los gatos infectados. Asimismo, también puede contagiarse a través del contacto con heridas abiertas, heces, orina e incluso a través de la leche materna. Esto quiere decir que puede darse el contagio a través del acicalamiento o compartiendo el comedero y el bebedero; o incluso por mordeduras. La buena noticia es que no todos los gatos llegan a contagiarse con éxito.

Los síntomas más comunes y diagnóstico

Los síntomas son muy diversos y a veces pueden causarse por las infecciones y virus secundarios que pueden contraer al padecer leucemia felina. Sin embargo, algunos de los más frecuentes incluyen fiebre, cansancio, pérdida de peso y apetito, problemas respiratorios e intestinales. La anemia y la mala recuperación de enfermedades también son indicios usuales.

Debido a que los síntomas son muy generalizados, un diagnóstico certero no se logra durante la primera fase de la enfermedad. El doctor podría realizar análisis específicos cuando se presentan síntomas más graves.

¿Los gatos con enfermedades como leucemia felina pueden tener una buena calidad de vida?

Como ya mencionamos, la leucemia felina es una de las enfermedades en gatos que puede terminar de manera mortal. Muchos de ellos terminan muriendo debido a que esta no se diagnostica a tiempo. Sin embargo, bajo un correcto tratamiento y cuidados especiales, los gatos pueden llevar una vida estable y feliz.

Lo mejor que se puede hacer para curar enfermedades como la leucemia felina en gatos es prevenirlas. Evitar el contacto con otros animales y también optar por la vacunación son unos de los métodos de prevención más recomendados. Si tienes sospechas de que tu mascota podría padecer de esta enfermedad, debes acudir con un veterinario de manera inmediata.